Son las 8:00 de la mañana, es domingo y las sensaciones del ambiente indican que el festejo y alegría son diferentes al resto de los otros días. Salgo de casa y lo primero que veo son muchas personas caminando a paso rápido, algo grande está pasando. Hace 14 años cada 22 de enero se festeja que somos diversos.

El interés, patriotismo y compromiso con su país se nota en la forma como caminan y llevan sus banderas – cada persona que voy deslumbrando a mi paso lleva consigo una bandera, cual sea el tamaño, de la tricolor y la Wiphala – el sentimiento que se siente en el ambiente es de alegría, felicidad, de oportunidad y de progreso. Con esa premura no pierden la postura, mi vista ve que van erguidas y erguidos, un lenguaje corporal de seguridad de actitud ganadora.

El contexto te da esos sentimientos inexplicables, tu cuerpo siente un cosquilleo, se te corta la voz, te ruborizas de sentirte única en tanta pluralidad y lo único que tu cuerpo atina a expresar tantos sentimientos juntos son las lágrimas. Los ojos con una capa cristalina de sentimientos y la moral se te sube más, apresuro el paso para no perder detalles de todo lo que va aconteciendo, ya situada en una avenida espero alguna movilidad que me lleve al centro, pero todas pasan totalmente llenas y de las ventanas de la mayoría se distinguen las banderas flameando a viva energía.

Caminos distintos, metas iguales

Casi 15 minutos esperando y ninguna vacía, a mis costados hay personas igual esperando, al parecer todas y todos nos dirigimos al mismo lugar. Ya será 9:00 y parece que el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce Catacora ya empezara con su discurso. Logro encontrar un minibús que acepta que vaya parada al costado de la puerta, me acomodo como puedo, pero ya satisfecha de encontrarme ya en camino al desfile cívico que se lleva a cabo por los 14 años del Estado Plurinacional de Bolivia.

En la movilidad el chofer tiene sintonizada una emisora radial que está trasmitiendo todo el acto protocolar de la presidencia, está hablando el Vicepresidente David Choquehuanca – el volumen de los parlantes no alcanza hasta el fondo, así que los pasajeros también están con sus celulares a mano escuchando los mensajes que las autoridades que están hablando – el silencio es notorio ya que todas y todos estamos atentos a cada palabra.

Efectivamente como lo predije, son las 9:00 y empieza el discurso presidencial, la maestra de ceremonias da paso a las palabras del primer mandatario de la nación. La emoción se refleja a gran notoriedad, los pasajeros empiezan a aplaudir, silbidos acompañados de “ese es mi presidente”, todas y todos atentos a cada palabra que dice.

Expresiones conjuntas

Las calles están colapsadas – al parecer los ciudadanos salieron de sus casas para ir al festejo que a la mayoría identifica – desde cercanías al mercado yungas las movilidades ya no pueden transitar por la congestión vehicular. Me decido a bajar y optar por ir a pie hacia la plaza murillo, al parecer no soy la única, todas y todos de la movilidad se bajan al igual que yo, deprisa se cargan sus Aguayos las señoras, otras portan su mochila en la espalda, se  colocan sus sombreros, bajamos y al dispersarnos veo que caminamos cada uno a paso rápido.

Se logra ver una gran marea de personas, levanto mi cabeza para ver donde termina, pero el horizonte es infinito a mi vista, hasta donde alcanza mi retina a distinguir es un paisaje de nunca terminar de personas. La caminata también se hace complicada, es una fila inmensa que uno debe seguir para poder llegar a la Plaza Murillo, lugar donde se encuentra la Casa Grande del Pueblo y es ahí donde está el presidente o la Plaza San Francisco, lugar donde se realizara el festejo con grupos para amenizar. No tengo apuros ya que mí tiempo está destinado a ver y disfrutar el festejo de mi patria.

A mi paso logro ver banderas de todos los departamentos de Bolivia, no falto ni una. Al ver la gran aglomeración, el sentimiento de alegría se hace más grande, voy pasando y voy escuchando gritos de “Viva el Estado Plurinacional de Bolivia”, en cada cuadra se escucha música, diversidad cultural a través de la música; las zampoñas, tambores, charangos, ganyengos, guiros, quenas, la caña, trompetas y muchos más. Se acompaña de bailes, todas y todos bailando disfrutando y celebrando.

Me acerco a preguntarle a una señora – con la pollera fucsia, la manta verde oscuro, aguayo en la espalda y sombrero café – a continuación le pregunto, si el presidente termino su discurso y ella me responde que si, a lo que me comenta que se encontraba alegre por entrar a la Plaza Murillo, contándome que sus antepasados tenían prohibido entrar por ser indígenas. El corazón me late más al escucharla, a lo que ya estoy por continuar mi ruta, las personas que la acompañan gritan “Jallalla el Estado Plurinacional, jallalla el hermano Lucho Arce”. El festejo es colectivo pero la algarabía que se manifiesta es individual, una mezcla que se sincroniza.

Diversos sabores, distintos gustos

Continúo mi camino hacia inicios de la autopista que une a La Paz y El Alto y sigo viendo un millar de personas de nunca acabar. A su paso se ven acomodadas señoras en las calles con sus puestos de comida, hasta el aroma que hay en las calles es diverso, encuentras desde una sajta, hasta un majadito o sonso – tortilla de yuca con queso típica del oriente boliviano – van comiendo, van cantando, van disfrutando.

No quiero perder ningún detalle y bajo a un paso semi lento hasta la Plaza San Francisco, es más que obvio que está lleno, personas de todas las edades, no faltaron los extranjeros que asombrados se dedicaban a sacar fotos y capturan esos momentos de una manera eterna. Todo parecía que era una suerte de buenos momentos.

A mi paso también había grupos de personas con carteles en mano gritando “Camacho 30 años” “Justicia por nuestros hermanos” “Abajo los golpistas” “No fue fraude, fue golpe”, era notoria la reivindicación y justicia que pedían. A simple vista se notaba que el disgusto era legítimo y que no se sincronizaban a los engaños que los medios nos quieren hacer ver.

En la Plaza San Francisco una tarima se encuentra instalada y los grupos empiezan a realizar su show artístico, la organización previendo la gran afluencia de personas que se dieron cita, instalaron en cada cuadra parlantes para que nadie se pierda del espectáculo y todos estén en la sintonía de algarabía. Un televisor de tamaño espectacular también acompañaba toda la sintonía a la altura de la parada de la Pérez y así la mayoría de los ciudadanos se dio la cita para poder festejar el cambio y diversidad que tiene nuestro Estado Plurinacional. Así el día se consume con un nuevo aire de satisfacción y confianza, el compromiso seguir cambiando Bolivia es justo y verdadero.

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