Evo Morales y el actual Ministro de Justicia, Iván Lima, se vieron envueltos en un intercambio de declaraciones luego de que Morales hiciera acusaciones públicas a través de Radio Kawsachun Coca.
Morales denunció que el bufete del ministro Lima estaría defendiendo o asesorando a una empresa privada que mantiene un proceso legal contra el Estado por un monto de 35 millones de dólares.
Además, el exmandatario sugirió que la administración del caso habría pasado a manos del hermano del ministro, lo que calificó como un “gran negocio“.
En respuesta, el ministro de justicia, Iván Lima, calificó las declaraciones de Morales como “difamatorias” y aseveró que carecen de fundamento. Lima manifestó su determinación de llevar a Morales ante los tribunales de justicia por exceder los límites de la decencia con sus afirmaciones. El ministro considera que Morales ha cometido un delito y advirtió que no tolerará más “mentiras” ni graves acusaciones de corrupción.
Lima también desafió a Morales a discutir públicamente las acusaciones en cualquier foro que el expresidente elija, y enfatizó su disposición a aclarar cualquier acusación infundada.