Hoy, la vibrante ciudad de La Paz dio la bienvenida a la festividad anual de la Alasita, un evento único que fusiona tradición, artesanía y la esperanza de un año próspero. Las calles se llenaron de comensales ávidos de explorar las miniaturas que representan grandes sueños, convirtiendo este acontecimiento en una manifestación rica de la cultura boliviana.

Los recorridos rituales durante la Feria de la Alasita fueron inscritos en 2017 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Este reconocimiento subraya la importancia cultural y espiritual de esta celebración arraigada en la identidad boliviana.

La feria es un espectáculo visual de coloridos puestos donde los artesanos exhiben miniaturas que van desde billetes hasta electrodomésticos y automóviles. Este mundo en miniatura parece ser un portal que abre paso a aspiraciones más grandes, proporcionando a los visitantes la oportunidad de explorar una realidad alternativa.

No se trata solo de adquirir miniaturas, sino también de participar en rituales simbólicos. La adquisición del Ekeko, el dios mítico de la abundancia, es esencial. Los devotos ofrecen ofrendas a esta pequeña deidad con la esperanza de asegurar prosperidad y bienestar a lo largo del año.

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