La tensión crece en el sector del transporte sindicalizado, que ha anunciado un paro y bloqueo para este jueves en demanda de una regularización en la provisión de diésel. La amenaza de sanciones severas a los choferes que no participen en las medidas de presión ha elevado el conflicto a un nuevo nivel. Esta decisión se produce en un contexto de crisis en el abastecimiento de combustibles y una creciente desconfianza hacia las autoridades gubernamentales.

La dirigencia sindicalizada de Lucio Gómez no asistió a la reunión programada con el Gobierno el día de ayer, donde se iba a discutir y atender sus demandas. En lugar de llegar a un acuerdo, el sindicato ha decidido continuar con su plan de paro y bloqueos para exigir soluciones inmediatas a los problemas que afectan a su sector.

Un comunicado del Sindicato Villa Victoria de El Alto, emitido tras un congreso realizado en Tarija, ha dejado claro que los choferes deberán acatar la medida de presión definida. El documento advierte de multas económicas y sanciones drásticas para aquellos afiliados que no participen en los bloqueos. “Los compañeros inasistentes serán sancionados de acuerdo a normas establecidas (multa económica). Asimismo, los compañeros que desacaten el paro se harán pasibles a sanciones drásticas con informe a la Federación Andina”, reza el circular.

El conflicto ha sido exacerbado por un incidente en el puerto de Arica, Chile, donde una marejada ha impedido el atraque de cuatro buques cargados con combustible destinado a Bolivia. Se espera que la situación mejore en los próximos días, permitiendo el atraque y descarga de diésel, gasolina y crudo. Sin embargo, la falta de combustible continúa afectando gravemente a los sectores del transporte y la logística.

Además, el sector del transporte pesado también ha amenazado con una huelga y bloqueo de caminos, después de que sus dirigentes no acudieran a una reunión programada con el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, el jueves pasado. La falta de diálogo y la ausencia de acuerdos han intensificado la crisis y el malestar entre los transportistas.

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