Con gran tristeza, el fútbol boliviano se despide de Ramiro Blacut Rodríguez, una figura emblemática del deporte nacional, quien falleció el 12 de agosto de 2024 a los 80 años. Su partida deja un vacío inmenso en la historia del fútbol y en el corazón de quienes admiraron su talento y dedicación.

Blacut, nacido el 3 de enero de 1944, fue reconocido no solo como uno de los mejores futbolistas bolivianos, sino también como el primer latinoamericano en formar parte del prestigioso club Bayern Múnich de Alemania. Según la historia del club, Blacut llegó a las filas del Bayern en 1965 y se coronó campeón con el equipo bávaro, compartiendo vestuario con leyendas como Sepp Maier, Franz Beckenbauer y Gerd Muller.

El legado de Blacut en el fútbol boliviano es inolvidable. En 1963, fue parte fundamental de la Selección boliviana que conquistó el título sudamericano de manera invicta, junto a otras estrellas como Wilfredo Camacho y Víctor Agustín Ugarte. Su habilidad como puntero derecho, su velocidad y su capacidad para definir fueron aspectos clave de su juego, lo que lo convirtió en una figura temida y respetada en el campo de juego.

Su carrera comenzó en 1959 en las divisiones inferiores del Club Bolívar, y rápidamente se destacó en equipos como Always Ready, Ferrocarril Oeste en Argentina y, por supuesto, en Bayern Múnich. Tras su paso por Europa, regresó a Bolivia en 1971, donde continuó su carrera en clubes como Bolívar, Melgar de Arequipa en Perú y The Strongest, cerrando su trayectoria como futbolista con grandes logros.

Después de su retiro, Blacut se dedicó con éxito a la dirección técnica. Dirigió a equipos como Bolívar, la Selección boliviana en tres etapas (1979-1981, 1991 y 2004-2005), así como a clubes como The Strongest, Blooming, Chaco Petrolero, Guabirá, Wilstermann, Real Santa Cruz y Oriente Petrolero en Bolivia. Su experiencia también lo llevó a dirigir en Ecuador, con equipos como Aucas, El Nacional y Deportivo Cuenca.

Grover Echavarría, director de Radio Deporte, recordó a Blacut como un “formidable futbolista” que dejó una marca imborrable en el deporte. Echavarría destacó que Blacut jugó junto a figuras destacadas del fútbol alemán y que su impacto como entrenador fue igualmente significativo. “Ramiro nos ha dejado tantas cosas gratas que a uno le cuesta asimilar. Lo que queda es transmitir su legado a las nuevas generaciones, que no tuvieron la oportunidad de conocerlo en su plenitud”, expresó Echavarría con evidente nostalgia.

La noticia de su fallecimiento ha causado profundo dolor entre familiares, amigos, y los hinchas de los clubes que disfrutaron de su talento. La partida de Ramiro Blacut se siente especialmente en Bolívar, donde brilló intensamente, y en la Selección boliviana, con la que alcanzó el título sudamericano en 1963.

El fútbol boliviano y la comunidad deportiva en general lamentan la pérdida de un verdadero ídolo. Ramiro Blacut ha dejado un legado duradero y su memoria permanecerá viva en el corazón de quienes valoran su contribución al deporte.

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