A una semana del trágico deslizamiento de tierra que sepultó al menos 40 viviendas en la zona de Bajo Llojeta, en La Paz, los damnificados siguen viviendo un calvario. La tragedia, que ocurrió el 23 de noviembre, cobró la vida de una niña de 5 años y dejó a 20 personas heridas y cuantiosos daños materiales.
La Alcaldía de La Paz ha notificado a los propietarios de las viviendas afectadas que deberán abandonar sus hogares debido a los daños estructurales y al riesgo inminente de nuevos deslizamientos. Los damnificados se encuentran en situación de extrema vulnerabilidad y requieren asistencia urgente.
La Alcaldía de La Paz, en conjunto con la Alcaldía de Achocalla, ha decidido presentar una demanda contra la inmobiliaria Kantutani por realizar movimientos de tierra ilegales en la zona, lo que habría desencadenado el desastre.
El alcalde de Achocalla, Manuel Condori, ha expresado su solidaridad con los damnificados y ha confirmado que su municipio se unirá como parte coadyuvante a la demanda contra la inmobiliaria.
Las autoridades locales instan a la población a tener precaución en áreas de alto riesgo y a evitar la urbanización en zonas geológicamente inestables. El proceso judicial y las medidas de reubicación de los afectados se encuentran en marcha, mientras las autoridades trabajan para proporcionar asistencia a las víctimas y evitar nuevos desastres en la región.