El fenómeno mundial de la serie El Juego del Calamar, que catapultó a Netflix a nuevas alturas de popularidad, esconde una inspiración aún más oscura y aterradora en la historia real de Brothers Home. Un centro que, lejos de ser un espacio de asistencia social, se convirtió en un campo de concentración que padecieron miles de personas en los años previos a los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988.

Brothers Home abrió sus puertas en 1960 con el objetivo de brindar apoyo a las personas sin hogar, ofreciendo un espacio para alimento, educación y protección. Sin embargo, lo que en un principio parecía ser una obra de caridad, terminó transformándose en un lugar de abuso, tortura y muerte. Entre 1960 y 1980, bajo el régimen militar, el gobierno de Corea del Sur implementó una serie de políticas para “limpiar las calles de vagabundos” y crear una ciudad más ordenada y “presentable” para los Juegos Olímpicos.

Las autoridades establecieron varios centros como Brothers Home, donde fueron recluidas miles de personas: indigentes, niños de las calles, manifestantes estudiantiles y cualquier ciudadano que se opusiera al régimen. Lo que debía ser un centro de asistencia social pronto se convirtió en un campo de concentración, donde las personas eran sometidas a trabajos forzados, abusos físicos y psicológicos, y en muchos casos, torturas y muerte.

La historia de este lugar, dirigida por el exsargento del ejército Park In-geun, es tan espantosa que recuerda a las brutales pruebas a las que los participantes del Juego del Calamar se ven sometidos en la serie. Park In-geun fue condecorado en su momento por el gobierno por su “gestión ejemplar”, pero los testimonios de los sobrevivientes revelaron la verdad: bajo su mando, Brothers Home operaba como un lugar de horror, sin derechos ni dignidad para quienes estaban allí.

Además de los abusos sufridos por los residentes, investigaciones posteriores mostraron que Brothers Home también estaba involucrado en la venta de niños. El centro liberaba a menores con el fin de darles en adopciones internacionales, obteniendo así grandes sumas de dinero. Otra de las prácticas más inhumanas era la asignación de números en lugar de nombres a las personas, deshumanizándolas por completo. A lo largo de los años, el centro albergó a hasta 4,355 personas, cuando su capacidad real no superaba las 500.

La verdad sobre las atrocidades cometidas en Brothers Home salió a la luz en 1987, cuando Park In-geun fue arrestado y el centro finalmente cerrado. No obstante, el exdirector fue condenado solo a dos años y medio de prisión, una sentencia que muchos consideran un insulto a las víctimas. Park In-geun murió en 2016 a los 80 años, sin haber enfrentado las consecuencias completas de sus actos.

A pesar de que las investigaciones confirmaron los horrores ocurridos dentro de Brothers Home, la mayoría de los responsables nunca enfrentaron juicio, y las víctimas continúan luchando por justicia, muchas veces ignoradas por el sistema judicial.

Si bien El Juego del Calamar es una obra de ficción, las similitudes con las experiencias reales de los internos en Brothers Home son innegables. Las condiciones inhumanas, la deshumanización de los participantes y las estructuras de poder corruptas que se exponen en la serie tienen ecos en la realidad de un pasado oscuro que, para muchos, sigue sin recibir justicia.

Brothers Home fue un centro de “asistencia social” ubicado en Seúl, Corea del Sur, entre 1960 y 1980, que más tarde fue descubierto como un campo de concentración donde miles de personas fueron sometidas a trabajos forzados, abuso y tortura. Aunque los crímenes cometidos en este lugar fueron documentados, pocos responsables fueron juzgados, y muchas víctimas siguen luchando por obtener justicia.

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