Violentas protestas en La Paz y Cochabamba dejaron varios heridos y decenas de detenidos, en medio de las manifestaciones de apoyo al expresidente Evo Morales. La jornada, que coincidió con la víspera de una audiencia judicial contra Morales por el caso de trata de personas, dejó un saldo de dos periodistas y un policía lesionados, además de 23 arrestos. Las movilizaciones, encabezadas por seguidores del exmandatario, fueron calificadas por las autoridades como un intento de desestabilización y una amenaza para la democracia.
En Cochabamba, las protestas se tornaron especialmente conflictivas. Según el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, los manifestantes agredieron a un efectivo policial, causando daños significativos a una patrulla. Ante la violencia, la Policía respondió con gases lacrimógenos y procedió a la detención de 21 personas. Durante los enfrentamientos, un camarógrafo de Bolivia TV también resultó herido mientras cubría los incidentes. La cadena de televisión exigió una investigación para esclarecer la agresión contra su trabajador.
En La Paz, la situación fue igualmente tensa. Un grupo de marchistas que había llegado desde El Alto intentó superar el cerco policial establecido en la sede del gobierno para tomar la Plaza Murillo. Durante el intento, los manifestantes atacaron a personas que se encontraban en una fila en una sucursal del Banco Unión y agredieron a un periodista del canal privado F10. La Policía, ante la violencia de los manifestantes, recurrió al uso de gases lacrimógenos para dispersarlos.
Las autoridades, a través de Ríos, señalaron que las protestas no buscan un propósito legítimo, sino que son una “cortina de humo” para frenar el juicio en contra de Evo Morales por el caso de trata de personas, además de intentar evitar su eventual exclusión de la contienda presidencial de este año.