El vicepresidente del Estado, David Choquehuanca, durante su intervención en el 68º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, cuestionó el enfoque global sobre la lucha contra las drogas y afirmó que la “guerra contra las drogas ha fracasado”, profundizando la violencia y criminalizando injustamente a los pueblos indígenas.
“Se cometió un absurdo, un atentado contra la cultura de la vida, condenando nuestra historia y dignidad de los pueblos indígenas originarios (…). El mundo debe tomar conciencia y hacer una reflexión profunda sobre el fracaso de la guerra contra las drogas, y dar un viraje histórico para construir una política desde el culto a la vida”, dijo Choquehuanca.
En su discurso, el mandatario boliviano explicó que la hoja de coca “por siglos” fue parte de la cosmovisión andina y amazónica, y que fue condenada “sin fundamentos científicos” en la Convención de Viena de 1961, que la incluyó en la Lista I de Estupefacientes.
En este contexto, convocó a la comunidad internacional a replantear esta estrategia y construir una nueva política basada en el “culto a la vida”, el respeto a la naturaleza y el reconocimiento a los saberes ancestrales.
En ese marco, recordó que Bolivia impulsa un examen crítico y científico sobre la hoja de coca ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de reconocer su valor en su estado natural.
Choquehuanca explicó que la evaluación se está realizando con base en cuatro criterios fundamentales: farmacológico, toxicológico, terapéutico tradicional y epidemiológico.
Por ello, condenó el uso indebido de la hoja de coca para la producción de sustancias ilícitas, pero recalcó que es un error vincular a la hoja sagrada con el narcotráfico.
“Nadie debe confundir el bien natural y biológico que la gran Madre Tierra ha otorgado a la humanidad con el producto perverso antinatural y veneno que una sociedad enferma, devota del culto a la muerte, genera para autodestruirse. Nadie debe confundir la energía creadora de la vida con la energía del culto a la muerte”, dijo Choquehuanca, citado en un reporte institucional.
De esa forma, Bolivia reafirmó su compromiso en la lucha contra el narcotráfico y demostró resultados concretos en la reducción de cultivos ilegales y de sustancias controladas, logros que fueron reconocidos por la comunidad internacional.
“Bolivia reafirma su compromiso con la lucha contra el narcotráfico. Prueba de ello son los resultados alcanzados y reconocidos por la comunidad internacional. El tiempo de la liberación de la sagrada hoja de coca ha llegado y con ella la liberación de la historia del Vivir Bien de los pueblos originarios”, añadió.
A criterio de Choquehuanca, la solución no está en la represión indiscriminada, sino en una política de drogas que respete los derechos de los pueblos, la biodiversidad y la soberanía de los Estados.