En un momento clave para el futuro político del país, el líder de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, fue elegido como el candidato presidencial del bloque de unidad de la oposición, con miras a las elecciones generales previstas para el próximo 17 de agosto. La proclamación se realizó este jueves en medio de la expectativa y tras un proceso marcado por tensiones, ausencias notorias y fracturas internas.
“Samuel Doria Medina es el mejor posesionado para derrotar al MAS. De tal manera, Samuel Doria Medina será el candidato del bloque de unidad y el próximo presidente de Bolivia”, afirmó Efraín Suárez, representante del partido Creemos, al anunciar la candidatura.
El evento contó con la presencia de Amparo Ballivián, Vicente Cuéllar, Efraín Suárez y el propio Doria Medina, quienes lideraron la firma del acuerdo de unidad en diciembre de 2024. Sin embargo, destacaron las ausencias de dos figuras clave en la gestación del bloque: los expresidentes Jorge Quiroga y Carlos Mesa, este último se retiró oficialmente del grupo más temprano ese mismo día, tras señalar que sus esfuerzos por consolidar la unidad no prosperaron.
Durante su intervención, Suárez transmitió un mensaje del gobernador cruceño Luis Fernando Camacho, encarcelado desde 2023:
“Si durante el desarrollo de la lucha contra el fraude en los 21 días del 2019 hubiéramos tomado el camino de la duda y de la renuncia, en ese momento el dictador Evo Morales seguiría en el poder. Por eso, desde este encierro comunico a todo el pueblo boliviano que me mantengo en el camino de la certeza, de la firmeza, de la esperanza y de la victoria. Apostar por la unidad es apostar por el pueblo”.
Samuel Doria Medina, al asumir el desafío, aseguró que hay “luz al final del túnel” e hizo un llamado a la ciudadanía para confiar en su liderazgo. Dirigiéndose al Gobierno nacional, lanzó una advertencia directa:
“Decirle al actual Gobierno que solo causa inflación, colas y corrupción, que alisten sus maletas porque se van en agosto”.
Asimismo, reafirmó el compromiso asumido por el bloque de unidad a finales del año pasado:
“Hace cuatro meses nos reunimos en este mismo lugar para asumir el compromiso de construir la unidad. Nos comprometimos a tener una candidatura única y a cumplir con nuestra palabra. Sabíamos que el camino no sería fácil, pero debemos seguir porque esta es la elección más importante para el futuro de Bolivia”.
El proceso de elección del candidato único no estuvo exento de conflictos. El pasado jueves comenzó una etapa de tensión que marcó el inicio de la fragmentación del bloque, motivada por la realización de tres encuestas simultáneas para definir la candidatura. Jorge Quiroga observó dichas consultas, las calificó como carentes de legalidad y manifestó su desacuerdo mediante una carta al Tribunal Supremo Electoral (TSE), en la que dejó en claro que no formaba parte del proceso.
La última tentativa de lograr un consenso se dio la noche anterior, durante una reunión virtual de más de tres horas entre los seis integrantes del bloque. No obstante, el intento fracasó, lo cual motivó la renuncia de Carlos Mesa como portavoz del grupo, al considerar que su permanencia ya no tenía sentido.
Con este escenario, Doria Medina se perfila como el rostro de la oposición unificada —aunque con fisuras visibles— que buscará enfrentar al Movimiento al Socialismo (MAS) en unas elecciones que prometen ser decisivas para el rumbo político del país.