La cotización del dólar en el mercado paralelo alcanzó el pasado miércoles 9 de abril un nuevo pico histórico en Bolivia, con una tasa de Bs 13,43 por unidad, según datos de plataformas de monitoreo de billeteras digitales. Esta cifra representa casi el doble del tipo de cambio oficial, que se mantiene en Bs 6,96 desde 2011, según el Banco Central de Bolivia (BCB).

El incremento fue confirmado por la cotización de la criptomoneda USDT (Tether), usada como referencia para transacciones digitales, que también marcó el mismo valor de venta en las plataformas más utilizadas del país.

La situación se replica en varias casas de cambio físicas. Por ejemplo, en la casa de cambio Manantial, ubicada en la avenida 16 de Julio de La Paz, el dólar se vendía este jueves a Bs 13,40, misma cotización reportada en otras casas de la avenida Camacho, uno de los principales puntos de cambio informal en la ciudad.

Desde 2023, Bolivia enfrenta una marcada escasez de dólares, lo que ha incentivado el crecimiento de un mercado paralelo, donde la divisa estadounidense ha superado los Bs 10 y ha llegado incluso a cotizarse hasta en Bs 14 en momentos de alta demanda.

Uno de los factores que ha presionado la cotización fue la escasez de combustible registrada a mediados de marzo. Esto motivó una mayor demanda de dólares para la compra externa de hidrocarburos. En ese contexto, el Gobierno anunció que YPFB recurriría al sistema bancario para adquirir dólares, lo cual redujo la disponibilidad de la divisa en casas de cambio y provocó una nueva subida del tipo de cambio informal.

Pese a que en las últimas semanas, tras la llegada de nuevos cargamentos de combustible, la cotización se había estabilizado en torno a los Bs 13, el miércoles el precio volvió a subir, rozando nuevamente los Bs 14.

El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero, alertó recientemente sobre la existencia de múltiples tipos de cambio en el país. Según Romero, coexisten al menos seis variantes: el oficial (Bs 6,96), el aplicado a exportadores e importadores, el que se maneja en zonas fronterizas, el de las casas de cambio, el de librecambistas y el de mayoristas y minoristas, al que ahora se suma el denominado “dólar tarjeta”, utilizado en transacciones digitales internacionales.

La persistencia de esta brecha entre el dólar oficial y el del mercado paralelo evidencia un desajuste creciente en el sistema cambiario boliviano y refleja las tensiones económicas que afectan al país en medio de un contexto de incertidumbre financiera y restricciones en la oferta de divisas.

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