Se produjo el segundo colapso bancario más grave de la historia de Estados Unidos, solo tras el de Washington Mutual en 2008, Silicon Valley Bank ha obligado a las autoridades públicas a movilizar 25.000 millones de dólares para evitar un pánico bancario generalizado y la quiebra total del sistema. La empresa matriz de SVB, se declaró en bancarrota el viernes pasado en un tribunal de Nueva York, para intentar una reestructuración de capital, bajo supervisión judicial, de los negocios que están intervenidos por las autoridades.
Silicon Valley Bank con sede en Santa Clara (California, EE.UU.), es el decimosexto mayor prestamista de Estados Unidos, la entidad estaba enfocada principalmente en empresas emergentes tecnológicas, llamadas startups y científicas, a las que ofrecía servicios de capital de riesgo y otorgaba préstamos, por lo tanto, no era un banco al uso, informa rtve.
Mientras que los bancos comerciales típicos hacen negocio porque cobran más intereses por sus créditos concedidos que los intereses que pagan por sus depósitos y otras fuentes de financiación, Silicon Valley Bank hacía negocio de una forma muy distinta: rentabilizando a largo plazo los depósitos de sus acaudalados clientes.
Es necesario recordar que desde el año 2010 la Reserva Federal de Estados Unidos redujo muchísimo los tipos de interés e inundó de dinero las cuentas de los fondos de inversión en especial los de capital riesgo. Contaban con dinero prácticamente regalado, y decidieron invertir en startups, aventuras empresariales muy innovadoras vinculadas a las últimas tecnologías (incluyendo el mundo de las criptomonedas), lo cual suponía un riesgo considerable porque nunca es seguro que dichas ideas innovadoras vayan a tener éxito (y si lo tienen lleva un cierto tiempo).
Eduardo Garzon, explica para Público, que estas empresas tecnológicas tenían sus cuentas bancarias concentradas en el Silicon Valley dándole una inyección de dinero muy alta especialmente durante la pandemia. Al solo poder utilizarlo concediendo créditos a sus clientes, empresas que no necesitaban, SVB decidió incurrir en otro lado, invirtiendo en bonos públicos estadounidenses a largo plazo que les permitía una rentabilidad razonable a un riesgo reducido, siempre y cuando se hubiesen limitado a esperar a que vencieran esos plazos.
La administración de Donald Trump aproó una desregulación bancaria que dejó al Silicon Valley Bank fuera de la vigilancia más estrecha de los supervisores. Al subir los tipos de interés el año 2022 de una forma nunca antes vista en la historia, redujo el valor de mercado de los bonos públicos a un rimo vertiginoso.
Esto hizo que poco a poco el Silicon Valley Bank fuese perdiendo depósitos y liquidez, su cotización en bolsa se hundió un 60%, no tuvieron más remedio que anunciar una captación extraordinaria de capital; las autoridades públicas se vieron obligadas a movilizar 25.000 millones de dólares para cubrir el agujero que asustó a los mercados y a sus propios clientes, quienes se precipitaron a sacar su dinero.