En octubre de 2023, se ha registrado el mes más cálido en la historia, lo que indica una tendencia hacia la posibilidad de establecer un récord anual en cuanto a temperaturas. Estas mediciones tienen implicaciones graves, como sequías, hambrunas, incendios devastadores y huracanes más intensos, lo que refuerza la urgencia de la acción climática de cara a la conferencia COP28 de la ONU en Dubái.
Según el observatorio europeo Copernicus, el mes pasado marcó un récord de calor global, prolongando una serie de cinco récords mensuales consecutivos. Estas mediciones preocupantes resaltan la necesidad de abordar el cambio climático en la COP28.
La jefa adjunta del servicio de cambio climático de Copernicus, Samantha Burgess, afirmó que “2023 será el año más cálido en los registros” y subrayó la creciente necesidad de tomar medidas climáticas ambiciosas antes de la COP28.
En octubre de 2023, la temperatura promedio en la superficie del planeta fue 0,4 ºC más alta que el récord anterior de octubre de 2019, según Copernicus, marcando una anomalía excepcional en las temperaturas globales.
Además, la temperatura media en el planeta durante los primeros diez meses del año es la más cálida registrada desde 1950, situándose 1,43 ºC por encima de la media.
Estos datos evidencian que el planeta se acerca peligrosamente al límite de +1,5 ºC establecido por el Acuerdo de París, y la COP28 es crucial para evaluar el progreso hacia este objetivo y considerar ajustes necesarios. La Organización Meteorológica Mundial predice que se superará este límite en los próximos años debido a las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque se necesitarán varios años de aumento constante para confirmar este cambio climático significativo.
En resumen, el 2023 se está perfilando como un año excepcionalmente cálido, con consecuencias alarmantes para el clima global, lo que enfatiza la urgencia de abordar el cambio climático de manera efectiva.