Las acusaciones del expresidente boliviano, Evo Morales, de supuestos operativos en su contra por parte de la Policía Boliviana, recibieron respuestas contundentes de las autoridades gubernamentales. El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, afirmó enérgicamente que “no hay mejor almohada que una conciencia tranquila” en relación con las alegaciones de Morales.
La Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico, una unidad de la Policía Boliviana, rechazó de manera categórica las denuncias planteadas por Morales, señalando que su única misión es perseguir a narcotraficantes. “Solo perseguimos narcotraficantes“, afirmó la dependencia, desestimando las afirmaciones de operativos en contra de Morales.
Roberto Ríos, al responder a las acusaciones, expresó que “Este tipo de manifestaciones no es esta única vez la que la hemos visto, sino anteriormente no sólo con este delirio de persecución como decía nuestro hermano ministro, sino también tratando de victimizarse“.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, fue más allá al sugerir que Evo Morales podría enfrentar un cuadro de “delirio de persecución” o ser un “mitómano compulsivo“. Estas declaraciones apuntan a cuestionar la veracidad de las afirmaciones de Morales y sugieren motivaciones psicológicas detrás de sus declaraciones.