El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha levantado alarmas tras denunciar ayer la presunta preparación de un ataque en su contra por parte de sicarios al servicio de la oposición, de cara a las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Durante un evento en Caracas junto a dirigentes del Partido Socialista Unido (PSUV), Maduro afirmó que “la ultraderecha” cuenta con un grupo de sicarios dentro del territorio venezolano, con la supuesta intención de causarle daño. Además, el mandatario identificó a Leopoldo López, Julio Borges, Antonio Ledezma y María Corina Machado como supuestos instigadores de esta conspiración.
Maduro explicó que por motivos de seguridad no puede anunciar sus actos de campaña con antelación, agradeciendo al pueblo por el apoyo brindado en sus mítines y destacando la labor de los equipos de seguridad, a los que elogió por su “fusión cívico-militar-policial perfecta“.
Por otra parte, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, reveló en una rueda de prensa reciente supuestas ofertas de exilio por parte de funcionarios estadounidenses a Maduro, con la promesa de proporcionarle una suma millonaria en dólares y una lujosa residencia.
Ante estas acusaciones, no ha habido comentarios inmediatos por parte de los mencionados, ni tampoco confirmaciones independientes sobre la veracidad de tales afirmaciones. Sin embargo, estas declaraciones agregan una nueva capa de tensión en el ya convulsionado panorama político venezolano.