La ocupada Cisjordania experimentó 1.110 ataques en julio, perpetrados por fuerzas de seguridad y colonos israelíes, según informó el Comité de Resistencia al Muro y a los Asentamientos. El jefe del comité, Muayyad Shaaban, detalló que el Ejército y la Policía realizaron 914 de estos ataques, mientras que los colonos ejecutaron 196. Los incidentes incluyeron expropiación de tierras, expansión de colonias, ejecuciones extrajudiciales, sabotajes, demoliciones y confiscación de propiedades.
Shaaban afirmó que los colonos quemaron numerosas viviendas y vehículos palestinos en julio, además de arrancar cientos de olivos, los cuales representan un medio de sustento fundamental para los agricultores de la Ribera Occidental. Estos actos de violencia y destrucción agravan la situación de los palestinos en la región, quienes ya enfrentan numerosas dificultades debido a la ocupación y las políticas de asentamientos.
En un informe reciente, Shaaban reveló que en el primer semestre de 2024, las tropas y los habitantes de los asentamientos cometieron 7.681 violaciones en Cisjordania. Estas violaciones abarcan una amplia gama de abusos y agresiones contra la población palestina, intensificando la tensión y el conflicto en la región. Las autoridades israelíes han aprobado numerosos planes de expansión de asentamientos en la Ribera Occidental y en la ocupada Jerusalén Este durante este período.
Desde enero hasta junio, se aprobaron 39 planes de expansión de asentamientos en Cisjordania y 44 en Jerusalén Este, con la intención de construir más de 8.500 viviendas en el primer territorio y 6.723 en el segundo. Estos planes de expansión, sumados a los constantes ataques y violaciones de derechos, incrementan la presión sobre los palestinos y complican los esfuerzos para alcanzar una solución pacífica y duradera al conflicto.